Proteger a su perro del calor en verano es esencial para su bienestar y salud. Las altas temperaturas pueden provocar problemas graves en nuestros compañeros de cuatro patas.
Durante una ola de calor, los perros están expuestos a varios riesgos graves como el golpe de calor, quemaduras en las almohadillas, problemas respiratorios agravados, infecciones cutáneas relacionadas con la humedad, trastornos digestivos, envenenamiento indirecto por agua estancada o colapso cardiovascular.
Aquí tiene algunos consejos para mantener a su perro seguro durante un período veraniego muy caluroso.
La hidratación es crucial durante los días calurosos. Asegúrese de que su perro siempre tenga acceso a agua fresca y limpia.
En áreas exteriores, utilice cuencos adecuados que mantengan el agua fresca durante más tiempo. Estos cuencos deben colocarse en el congelador durante unas horas y contienen un gel o un líquido refrigerante integrado en su estructura. Su duración de enfriamiento es de 3-8 horas en promedio.
Los perros, al igual que los humanos, son sensibles a la luz solar directa, especialmente en verano. No deben dejarse sin protección adecuada en un entorno expuesto. Los rayos UV directos aumentan rápidamente la temperatura corporal de los perros, especialmente para las razas con pelajes oscuros, cortos o muy espesos.
Si su perro pasa tiempo al aire libre, instale áreas sombreadas para que pueda protegerse de la luz solar directa. Utilice sombrillas (fáciles de instalar), cenadores (más duraderos y espaciosos) o árboles (sombra natural) para proporcionar este refugio.
Asegúrese de que la sombra cubra un área suficiente para permitir que el perro se mueva libremente.
Las horas más calurosas del día suelen ser entre las 12 pm y las 4 pm, cuando la radiación solar está en su punto máximo y las temperaturas alcanzan su pico. La exposición a tales temperaturas puede provocar rápidamente un sobrecalentamiento corporal en los perros, especialmente en aquellos con pelajes espesos, pigmentación oscura o predisposiciones como las razas braquicéfalas (bulldogs, carlinos).
Durante las horas más calurosas, reduzca los ejercicios físicos intensos (carreras, juegos de lanzamiento o entrenamientos prolongados). Prefiera los paseos temprano en la mañana (entre las 5 am y las 8 am) o tarde en la noche (a menudo después de las 7 pm) cuando las temperaturas son más bajas. Favorezca actividades suaves, como desplazamientos en áreas sombreadas o juegos tranquilos en el interior.
Las aceras y otras superficies (concreto, asfalto, pavimento, arena) pueden volverse extremadamente calientes bajo el sol, con el riesgo de quemar las almohadillas de su perro. Las almohadillas están compuestas de piel engrosada y tejidos grasos, adaptadas para caminar sobre terrenos variados. Sin embargo, no son inmunes a las quemaduras, especialmente con contacto prolongado con superficies calientes. Pruebe la temperatura con su mano antes de dejar que su perro camine sobre ella.
Durante una ola de calor o incluso en días soleados, las temperaturas de las superficies pueden alcanzar niveles extremos. Por ejemplo, cuando la temperatura del aire es de 30 °C, el asfalto puede alcanzar los 55 a 60 °C, lo cual es suficiente para causar quemaduras en pocos segundos.
Los síntomas incluyen jadeo excesivo, letargo, babeo excesivo y vómitos.
Durante el jadeo excesivo, el perro respira rápida y ruidosamente, a menudo con la lengua colgando. El jadeo rápido e intenso indica un intento desesperado por regular su temperatura corporal.
Durante el letargo, el perro parece cansado, débil y menos reactivo de lo normal. El calor excesivo agota su energía y puede provocar una disminución en la circulación sanguínea hacia los músculos.
Durante el babeo excesivo, una saliva espesa o espumosa puede salir de su boca. El estrés térmico altera las glándulas salivales, aumentando la producción de baba en respuesta al esfuerzo por jadear.
Durante los vómitos, el perro puede expulsar alimentos, bilis o líquidos. El calor afecta el sistema digestivo, provocando náuseas o un reflejo de vómito debido al desequilibrio electrolítico o un aumento brusco de la temperatura corporal.
Si observa estos signos, enfríe a su perro de inmediato.Las esterillas refrescantes, los juguetes congelados o los baños pueden ayudar a su perro a refrescarse. Las esterillas refrescantes son accesorios diseñados para ayudar a su perro a regular su temperatura corporal. A menudo contienen un gel o un líquido autorrefrescante que se mantiene fresco sin necesidad de congelación.
Los juguetes especialmente diseñados para llenarse con agua, caldo o golosinas, y luego congelarse, proporcionan tanto estimulación mental como refresco. Asegúrese de que el material de los juguetes sea resistente, especialmente si a su perro le gusta masticar. Limpie los juguetes regularmente para evitar un exceso de bacterias.
Asegúrese de que estas soluciones sean adecuadas para el tamaño y las necesidades de su perro.
Incluso con las ventanas ligeramente abiertas, la temperatura en un coche puede aumentar rápidamente y volverse mortal para su perro en solo unos minutos.
Muchos dueños piensan que abrir ligeramente las ventanas es suficiente para ventilar el interior de un vehículo y mantener una temperatura aceptable para su perro. Abrir ligeramente las ventanas no proporciona una ventilación efectiva en un espacio cerrado como un coche.
El efecto invernadero amplifica el calentamiento en el interior del coche, donde el calor solar entra pero no se escapa eficazmente. La temperatura en el interior continúa aumentando, incluso con las ventanas ligeramente abiertas. Los rayos infrarrojos quedan atrapados dentro del coche, lo que provoca un aumento exponencial de la temperatura.
Ejemplos: Con una temperatura exterior de 25 °C, el interior de un coche puede alcanzar los 35-40 °C en solo 10 minutos. Con 35 °C en el exterior, el interior puede superar los 50 °C en 15 a 20 minutos.
Opte por comidas más ligeras y fáciles de digerir en verano. Cuando hace calor, el metabolismo de los perros se ralentiza, lo que hace que las comidas copiosas sean más difíciles de digerir. Esto puede provocar letargo, hinchazón o molestias digestivas.
En verano, los perros generalmente gastan menos energía porque son menos activos. Las comidas ricas en calorías pueden llevar a un aumento de peso innecesario.
Si tiene preocupaciones específicas o si su perro tiene problemas de salud preexistentes, consulte a un veterinario para obtener consejos personalizados. Cada perro tiene diferentes necesidades nutricionales según su raza, edad, peso, nivel de actividad y estado de salud.