En invierno, el frío puede ser un desafío para nuestros amigos de cuatro patas. ¿Cómo garantizar el confort y la seguridad de tu perro durante la temporada fría?
Opta por un abrigo o un suéter diseñado especialmente para perros. Estas prendas ofrecen una capa adicional de protección contra las bajas temperaturas, especialmente para perros de pelo corto (Boxer, Beagle, Carlino, Staffordshire Bull Terrier, etc.) o sin subpelo (Doberman, Dálmata, Whippet Boston Terrier, etc.).
Reduce la duración de los paseos cuando las temperaturas bajen considerablemente. Prefiere varios paseos cortos en lugar de una salida larga para evitar que tu perro se enfríe.
Usa botines para proteger las almohadillas de tu perro contra la sal de deshielo y las superficies heladas. De lo contrario, aplica una cera protectora especialmente diseñada para las patas caninas. Aplica la cera antes de cada salida en tiempo frío o sobre superficies abrasivas. Para perros muy activos, puede ser necesaria una reaplicación después de unas horas.
Los perros necesitan energía adicional en invierno para regular su temperatura corporal. Ajusta su alimentación si es necesario.
En promedio, puedes aumentar el aporte calórico de tu perro en un 10 a 20% en invierno. Si tu perro consume habitualmente 400 gramos de croquetas al día, añade entre 40 y 80 gramos. Divide este aumento en varias comidas para evitar problemas digestivos.
Si tu perro sigue pareciendo hambriento o pierde peso, aumenta ligeramente su ración.
Asegúrate de que tu perro disponga de un lugar cómodo y cálido para descansar, alejado de las corrientes de aire.
Es importante elegir un espacio para él, lejos de las zonas frías y bien acondicionado. Opta por una cama acolchada con bordes altos para retener el calor.
Coloca mantas suaves y lavables en la cama para mayor calidez. Las camas en forma de nido ofrecen una protección adicional contra las corrientes de aire y son especialmente apreciadas por los perros de pequeña talla o frioleros.
No olvides lavar las mantas y limpiar la cama regularmente para mantener una buena higiene.
Estate atento a signos como temblores, letargo o quejas inusuales. Estos síntomas pueden indicar que tu perro tiene demasiado frío y necesita una intervención inmediata.
Los perros pequeños, de pelo corto o sin subpelo, y las razas menos adaptadas al frío (como los galgos) son más propensos a temblar.
La letargia es una disminución notable de la energía y la actividad de tu perro. Una letargia prolongada puede indicar hipotermia, una condición peligrosa en la que la temperatura corporal cae por debajo de lo normal.
Los gemidos son una manera para tu perro de señalarte un malestar o dolor causado por el frío.
En invierno, limita los baños para evitar eliminar los aceites naturales del pelaje de tu perro. Si es necesario un baño, asegúrate de secarlo bien inmediatamente después.