El Lobo de Rusia (Canis lupus), subespecie del lobo gris, es un depredador emblemático de las inmensas extensiones salvajes de Rusia. Adaptado a condiciones climáticas extremas, este majestuoso carnívoro juega un papel crucial en los ecosistemas nórdicos.
El Lobo de Rusia es una de las subespecies más grandes de lobo gris. Los machos adultos pueden pesar hasta 80 kg, con una longitud que alcanza los 160 cm sin la cola. Su pelaje denso, generalmente gris con matices de blanco o marrón, le permite resistir los inviernos rigurosos. Sus patas anchas actúan como raquetas naturales en la nieve profunda.
El Lobo de Rusia pertenece a la familia de los Cánidos.
El Lobo de Rusia ocupa diversos hábitats a lo largo del país, desde bosques boreales (taiga) hasta tundras árticas, pasando por las estepas del sur. Se encuentra principalmente en Siberia, en el Lejano Oriente ruso y en las regiones noroeste del país. Su territorio puede extenderse por varios cientos de kilómetros cuadrados.
A diferencia de la creencia popular, los lobos rusos viven en manadas familiares bien organizadas, generalmente compuestas por 5 a 10 individuos. La manada está dirigida por una pareja alfa que toma las decisiones importantes. Los lobos se comunican mediante aullidos, posturas corporales y marcaciones olfativas.
Este superdepredador se alimenta principalmente de grandes ungulados como ciervos, alces y jabalíes. En períodos de escasez, puede conformarse con pequeños mamíferos, aves o incluso bayas. Un lobo adulto consume en promedio de 3 a 5 kg de carne por día.
Aunque no está amenazado a nivel mundial, el Lobo de Rusia enfrenta varios desafíos:
En Rusia, su caza está regulada pero sigue siendo una práctica común en algunas regiones.
El Lobo de Rusia comparte su ascendencia con varias otras subespecies de lobos:
En el folclore ruso, el lobo ocupa un lugar ambivalente:
Observar lobos en Rusia requiere paciencia y preparación: